¿Para qué está sirviendo realmente el artículo 5 bis de la Ley Concursal?

La actual Ley Concursal 22/2003, tras sus recientes reformas derivadas del Real Decreto Ley 3/2009 de 27 de marzo y de la Ley 38/2011 de 10 de octubre, concede la posibilidad de, a través del artículo 5 bis, evitar que un acreedor inste el concurso permitiendo al deudor en un plazo determinado alcanzar un acuerdo de refinanciación u obtener adhesiones a una propuesta anticipada de convenio en los términos previstos en la citada Ley.

Este es el único objeto de este artículo.

Entonces, ¿a qué estamos asistiendo en el caso de Orizonia, durante el plazo que marca el 5 bis?

Asistimos atónitos a la pérdida de activos de la empresa agudizando el grado de insolvencia de la mercantil en detrimento de sus acreedores. Estamos asistiendo perplejos al despiece y enajenación  de las partes rentables de la sociedad; estamos conociendo la presunta cesión de créditos a empresas no nacionales a cambio de liquidez en fechas previas al cese de actividad; constatamos la existencia de deudas impagadas a la Agencia Tributaria que serán calificadas como créditos privilegiados en el futuro Concurso por valor de 20 millones de euros. Sabemos también que no se paga a los trabajadores argumentando que 9 millones de euros de sus arcas son depósitos de los clientes, pero de forma incongruente tampoco devuelven ese dinero, a sus legítimos propietarios , sacrificando de paso a las minoristas, quienes tienen que cargar con toda la responsabilidad frente a los consumidores. Especialmente grave ha resultado en los casos de las agencias que hayan adelantado dinero para Grupos o  estuvieran en prepago.

Curiosamente, muchas de estas minoristas, fueron puestas en prepago prácticamente en FITUR, en vísperas del cerrojazo de Orizonia. A mayor abundamiento, resulta que las últimas noticias apuntan a que esos dineros procedentes de depósitos pueden estar pignorados, garantizando determinados débitos de la compañía.

En sentido contrario, estamos asistiendo a una importante labor de acoso, por parte de quién se identifica como la Administración de Orizonia ( desaparecida para pagar), que se está ejerciendo sobre las minoristas que puedan tener cantidades pendientes con la turoperadora desaparecida,  eso sí , a través de cuentas y de direcciones distintas a las habituales, lo cual realmente no aporta nada de tranquilidad a la trágica situación ya descrita.

Por tanto, ya a las puertas del Concurso y sin querer dejar de mandar un mensaje de ánimo a la gran  mayoría de la familia de lo que fue, buque insignia de la turoperación española, se puede concluir sin mucho margen de error que, a pesar de las dificultades, se pueden hacer las cosas bien, regular, mal, o como Orizonia.

Por lo que respecta a esta Asociación,  en defensa de los intereses de sus asociados y sus clientes, se agarrará al mínimo resquicio legal y empresarial para intentar paliar los nocivos efectos que para el sector turístico español y la imagen de las agencias de viajes está teniendo la forma de caer de Orizonia.